domingo, mayo 11, 2014

LA VIDA ES UN CONJUNTO DE ALIANZAS


Esta mañana, en un pedacito del planeta, a la vuelta de mi casa




Todos los sistemas vivos, desde los microorganismos hasta el planeta entero, pasando, entre otros, por los ecosistemas y por nosotros los seres humanos, somos sistemas complejos y poseemos una capacidad de auto-organización, auto-regulación u homeostasis que nos permite transformarnos de manera permanente como respuesta a cambios que se producen en nuestro propio interior o en el ambiente dentro del cual nos hallamos inmersos.

Entendemos por sistema complejo aquel cuya totalidad es cualitativamente “superior” a la mera suma de las partes que lo conforman, y en el cual cualquier cambio en cualquiera de esas partes implica un cambio en la totalidad, y viceversa.


 Esa capacidad de auto-regulación, auto-organización u homeostasis depende de la manera como los individuos y en general los sistemas complejos en distintas escalas, intercambiamos materiales, energía e información entre nosotros y el ambiente, y como las procesamos en nuestro interior para generar una respuesta adaptativa adecuada.



Resistencia y resiliencia, entonces, son expresiones de esa capacidad y dependen de la manera como amortiguamos los cambios y como reaccionamos para auto-organizarnos y auto-ajustarnos como respuesta a los efectos de esos cambios en nuestros propios sistemas o en aquellos de los cuales somos partes.



De acuerdo con su etimología,  la palabra RESILIENCIA viene del latín resilio, resilire que quiere decir “Rebotar, Saltar hacia atrás”.

En física, que es uno de los campos donde ese concepto comenzó a utilizarse, hace referencia a la capacidad de un resorte para retomar su forma original luego de que ha sido estirado. Esto es interesante porque tiene que ver con lo que podríamos denominar la memoria del resorte

(Textos: CUADERNO SOBRE RESILIENCIA - G.Wilches-Chaux, IDIGER 2014).