lunes, enero 03, 2011

ASCENSO A JUAICA

Entrando a la Sabana desde el sur

Tomando términos prestados de la geometría de fractales, digamos que la peña de Juaica (municipio de Tabio, Cundinamarca), es un 'atractor extraño' que lo impele a uno a trepar.

Esta foto fue tomada desde aproximadamente 2.700 metros sobre el nivel del mar. La punta de la peña está unos 500 metros más arriba.

Desde este ángulo, la peña parece una gota de roca 'cayendo' en sentido opuesto al de la gravedad.


Muy cerca de donde comienza en ascenso, una gran roca anuncia lo que vamos a encontrar.

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La parte suave del ascenso.

Olivia nos acompañó hasta aquí.

Una primera mirada hacia atrás.

Y otra hacia adelante: ¡Vamos pa'llá!



Arreglos caprichosos entre los líquenes, los eucaliptos... y los cercos.


La peña permanece un rato perdida, luego vuelve a aparecer.

La parte más dura del ascenso... o por lo menos la más resbalosa.

Juan Pablo e Irak acaban de coronar.

Apenas pasando los 3.000 metros de altura, aparece este primer frailejón (¿o es un senecio) bastante desgreñado.

No en vano la peña está llena de leyendas de seres extraterrestres y terrestres (en los cuales creo más).

Echándose un sueñito sobre la almohada de rocas.

En la mera cima. Afirman en varios documentos que la altura máxima de la peña es de 3.100 metros. Me atrevo a pensar que es por lo menos 100 metros más alta.

Panorámicas desde Juaica.

Un dirigible de nubes avanza sobre la montaña.

Cuando llegamos a la cima, la niebla -lluvia horizontal- comenzó a cubrir el paisaje de abajo.

De lo más sorprendente de este pre-páramo, es su enorme biodiversidad. Uno se hunde como en una especie de joyero vegetal.

Orquídeas



Frailejones

Chite (Hypericum mexicanum L.)


Optamos por descender bordeando el flanco sur de la peña, sin saber que ya no había camino por allí.

Resultó necesario penetrar en las entrañas apretadas del bosque de niebla.


La niebla descendió sobre nosotros como una gran ubre de luz.

Esta pradera de dedalera o digital nos animó el corazón. No en vano constituye el ingrediente sanador de múltiples dolencias cardíacas.


En un claro del bosque, la peña se vuelve a dejar ver.


Gracias a Juan Pablo, a Isidro y a Irak, por su compañía en esta magnífica excursión. Esta foto es tomada en la cima de la peña de Juaica.